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La importancia del trabajo de editor

Algunas experiencias al leer un libro rebasan nuestras expectativas. Eso genera un enorme gusto de leerlo. Ese fue mi caso con la obra de Tom Maschler titulada Editor, la edición que disfrute es de 2009, publicada por Trama Editorial.

Desde que vi su título, me llamó la atención, si bien es cierto, no he tenido la oportunidad de conocer un editor de la talla de Tom Maschler, si he tratado con personas que se mueven en ese mundo, en esas aguas y siempre escucho con atención sus experiencias y su aplicación en tan emocionante trabajo, y que, si bien obedece al conocimiento y habilidades personales, es correcto señalar, que es clave el grupo o equipo con el que se cuenta para realizar la edición de un libro.

La experiencia editorial de Tom Maschler, la realizo principalmente en el universo de las ediciones en Inglaterra, durante la segunda mitad del siglo XX, también trabajo durante un tiempo en otras editoriales como André Deutsch, MacGibbon & Kee y Penguin, pero donde más destacó fue en la editorial Jonathan Cape, donde asumió la responsabilidad de director editorial y tiempo después logro ser su presidente.

El editor Tom Maschler, se desenvolvió en algunos de los escenarios más exigentes del mundo editorial, como fue en Inglaterra, Estados Unidos, Francia y Alemania, donde el cabildeo y los contactos, son fundamentales, pero la intuición y la perspicacia para reconocer a potenciales buenos escritores, no cualquier persona lo tiene.

En las páginas que contiene este texto, encontramos un gran número de nombres de escritores, de novelistas, de poetas, de pintores, de fotógrafos, de dibujantes, de escritores de literatura infantil, de escritores de textos de guías turísticas, de escritores de libros de recetas cocina, escritores de biografías y de autobiografías, de escritores de guiones de cine, escritores que son directores de teatro, textos sobre músicos de un enorme reconocimiento, que lucen con sinfónicas y son grandes compositores de música clásica, no faltan fotos de iconos mundiales, firmas de estrellas de rock, y muchos párrafos y líneas donde nos platica las formas y maneras de trabajar con los autores de los muchos libros que ayudo para editar, en las que aparecen una significativa lista de escritores ganadores del nobel de literatura, también aparece la referencia a una destacad feria de libros  del mundo, como es el caso de la de Frankfurt, sin dejar de compartir muchas anécdotas, de su experiencia como editor, y que lo llevo a visitar distintos lugares, además de narrar los retos y desafíos que tuvo para editar varias obras.

El leer este texto, provoca de nuevo, ubicar la importante labor de un editor, al conjuntar los distintos talentos para lograr una excelente edición, también nos enteramos de otras cuestiones por medio de unos datos de las ventas logradas, tanto de grandes éxitos a nivel comercial, como algunas que lograron medianamente el éxito mercantil, y por supuesto expone el caso de los grandes éxitos editoriales no esperados.

Me resisto a dar algunos de lo nombres de los grandes escritores, en los cuales la labor de editor de Tomas Maschler, tuvo algo que ver, pero es inevitable y solo citare algunos cuantos, como son el caso de Hemiguay, García Márquez, Tom Wolfe, John Lenon, pero encontramos otros en el que su acierto, logro consagrar y permitió conocer su desbordada creatividad literaria.

No todas las paginas, despliegan miel sobre hojuelas, también encontramos momentos amargos y difíciles, cuando Tom Maschler, sufrió una fuerte depresión y tuvo que dejar sus espacios cotidianos en donde disfrutaba trabajar.

Esta obra autobiográfica, nos expone una época, que se resiste a concluir, y una de esas expresiones de resistencia son la impresión de libros, en la que la función de un editor es mas que indispensable, aun en este panorama mundial del mundo digital y ahora mas con la llamada inteligencia artificial, junto con los programas de acceso a los contenidos de los textos, y que luego nos otorgan la lectura de resúmenes, ante estas manifestaciones tecnológicas, la lectura de libros impresos, es todo un acto libertario lleno de humanismo.

Ante el asombro de la lectura de la obra “Editor”, vienen a mi memoria y recupero algunas experiencias con editoriales de una excelente calidad, esos sellos editoriales me hacen recordar su elección y sugerencia del papel, de las tintas, del tipo de letra, el diseño de la portada, los correctores de estilo, los y las presentadoras y lo más complicado la distribución, si editores como Lorenzo León Diez, José Luis Ruiz Abreu, Freddy Domínguez Nárez, Ricardo Ávila Alexander, Ervey Castillo y de la poeta Carmen Luna, inmersos en el trabajo editorial, y que he sido testigo de su interés y talento en esa labor.

Un detalle que me causo una alegría especial, es uno que se lee en los tres primeros renglones del primer párrafo de la pagina 219, en la que se puede leer lo siguiente:

“La publicación recibió una enorme cobertura. Los reseñadores, que no conocían ninguna otra edición, quedaron tan fascinados como yo el día aquel del mercado”

Como pudieron leer, aparece la palabra reseñadores, una tarea que pocas veces es valorada, pero que varios seres del mundo de los libros, el escribir reseñas lo consideran importante y se reconoce su papel dentro de los géneros de la literatura, esto se debe, que en lo personal mis primeros escritos que me publicaron fueron reseñas, en especial en un suplemento cultural titulado “Graffiti”, que luego se convirtió en revista y la dirigía el poeta José Homero. Para las personas que les interesa la labor de un editor, este es un libro, un catálogo de enseñanza, que ayuda a comprender los vericuetos del mundo editorial, desde la mirada de un soberbio editor como lo fue Tom Maschler.     

Juan Carlos Guzman

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